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San Marcos 10:8-28 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

8. y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno.

9. Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.

10. En casa volvieron los discípulos a preguntarle de lo mismo,

11. y les dijo: Cualquiera que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra ella;

12. y si la mujer repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio.

13. Y le presentaban niños para que los tocase; y los discípulos reprendían a los que los presentaban.

14. Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios.

15. De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.

16. Y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía.

17. Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?

18. Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios.

19. Los mandamientos sabes: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre.

20. Él entonces, respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud.

21. Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz.

22. Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.

23. Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!

24. Los discípulos se asombraron de sus palabras; pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas!

25. Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.

26. Ellos se asombraban aún más, diciendo entre sí: ¿Quién, pues, podrá ser salvo?

27. Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios.

28. Entonces Pedro comenzó a decirle: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido.

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