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San Lucas 23:28-37 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

28. Pero Jesús, vuelto hacia ellas, les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos.

29. Porque he aquí vendrán días en que dirán: Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no concibieron, y los pechos que no criaron.

30. Entonces comenzarán a decir a los montes: Caed sobre nosotros; y a los collados: Cubridnos.

31. Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué no se hará?

32. Llevaban también con él a otros dos, que eran malhechores, para ser muertos.

33. Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.

34. Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes.

35. Y el pueblo estaba mirando; y aun los gobernantes se burlaban de él, diciendo: A otros salvó; sálvese a sí mismo, si éste es el Cristo, el escogido de Dios.

36. Los soldados también le escarnecían, acercándose y presentándole vinagre,

37. y diciendo: Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo.

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