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San Lucas 2:30-45 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

30. Porque han visto mis ojos tu salvación,

31. La cual has preparado en presencia de todos los pueblos;

32. Luz para revelación a los gentiles,Y gloria de tu pueblo Israel.

33. Y José y su madre estaban maravillados de todo lo que se decía de él.

34. Y los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: He aquí, éste está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha

35. (y una espada traspasará tu misma alma), para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones.

36. Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada, pues había vivido con su marido siete años desde su virginidad,

37. y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones.

38. Ésta, presentándose en la misma hora, daba gracias a Dios, y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén.

39. Después de haber cumplido con todo lo prescrito en la ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.

40. Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él.

41. Iban sus padres todos los años a Jerusalén en la fiesta de la pascua;

42. y cuando tuvo doce años, subieron a Jerusalén conforme a la costumbre de la fiesta.

43. Al regresar ellos, acabada la fiesta, se quedó el niño Jesús en Jerusalén, sin que lo supiesen José y su madre.

44. Y pensando que estaba entre la compañía, anduvieron camino de un día; y le buscaban entre los parientes y los conocidos;

45. pero como no le hallaron, volvieron a Jerusalén buscándole.

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