25. Ellos le dijeron: Señor, tiene diez minas.
26. Pues yo os digo que a todo el que tiene, se le dará; mas al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.
27. Y también a aquellos mis enemigos que no querían que yo reinase sobre ellos, traedlos acá, y decapitadlos delante de mí.
28. Dicho esto, iba delante subiendo a Jerusalén.
29. Y aconteció que llegando cerca de Betfagé y de Betania, al monte que se llama de los Olivos, envió dos de sus discípulos,
30. diciendo: Id a la aldea de enfrente, y al entrar en ella hallaréis un pollino atado, en el cual ningún hombre ha montado jamás; desatadlo, y traedlo.
31. Y si alguien os preguntare: ¿Por qué lo desatáis? le responderéis así: Porque el Señor lo necesita.
32. Fueron los que habían sido enviados, y hallaron como les dijo.
33. Y cuando desataban el pollino, sus dueños les dijeron: ¿Por qué desatáis el pollino?
34. Ellos dijeron: Porque el Señor lo necesita.
35. Y lo trajeron a Jesús; y habiendo echado sus mantos sobre el pollino, subieron a Jesús encima.
36. Y a su paso tendían sus mantos por el camino.
37. Cuando llegaban ya cerca de la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, gozándose, comenzó a alabar a Dios a grandes voces por todas las maravillas que habían visto,
38. diciendo: ¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor; paz en el cielo, y gloria en las alturas!
39. Entonces algunos de los fariseos de entre la multitud le dijeron: Maestro, reprende a tus discípulos.
40. Él, respondiendo, les dijo: Os digo que si éstos callaran, las piedras clamarían.
41. Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella,