Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

San Lucas 12:32-43 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

32. No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino.

33. Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en los cielos que no se agote, donde ladrón no llega, ni polilla destruye.

34. Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.

35. Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas;

36. y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran en seguida.

37. Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles.

38. Y aunque venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera vigilia, si los hallare así, bienaventurados son aquellos siervos.

39. Pero sabed esto, que si supiese el padre de familia a qué hora el ladrón había de venir, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa.

40. Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá.

41. Entonces Pedro le dijo: Señor, ¿dices esta parábola a nosotros, o también a todos?

42. Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su señor pondrá sobre su casa, para que a tiempo les dé su ración?

43. Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así.

Leer capítulo completo San Lucas 12