Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Hechos 27:17-28 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

17. Y una vez subido a bordo, usaron de refuerzos para ceñir la nave; y teniendo temor de dar en la Sirte, arriaron las velas y quedaron a la deriva.

18. Pero siendo combatidos por una furiosa tempestad, al siguiente día empezaron a alijar,

19. y al tercer día con nuestras propias manos arrojamos los aparejos de la nave.

20. Y no apareciendo ni sol ni estrellas por muchos días, y acosados por una tempestad no pequeña, ya habíamos perdido toda esperanza de salvarnos.

21. Entonces Pablo, como hacía ya mucho que no comíamos, puesto en pie en medio de ellos, dijo: Habría sido por cierto conveniente, oh varones, haberme oído, y no zarpar de Creta tan sólo para recibir este perjuicio y pérdida.

22. Pero ahora os exhorto a tener buen ánimo, pues no habrá ninguna pérdida de vida entre vosotros, sino solamente de la nave.

23. Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo,

24. diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo.

25. Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho.

26. Con todo, es necesario que demos en alguna isla.

27. Venida la decimacuarta noche, y siendo llevados a través del mar Adriático, a la medianoche los marineros sospecharon que estaban cerca de tierra;

28. y echando la sonda, hallaron veinte brazas; y pasando un poco más adelante, volviendo a echar la sonda, hallaron quince brazas.

Leer capítulo completo Hechos 27