1. Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.
2. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.
3. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.
4. Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley.
5. Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él.
6. Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido.
7. Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo.