1. Alcé después mis ojos y miré, y he aquí un varón que tenía en su mano un cordel de medir.
2. Y le dije: ¿A dónde vas? Y él me respondió: A medir a Jerusalén, para ver cuánta es su anchura, y cuánta su longitud.
3. Y he aquí, salía aquel ángel que hablaba conmigo, y otro ángel le salió al encuentro,