1. He aquí que para justicia reinará un rey, y príncipes presidirán en juicio.
2. Y será aquel varón como escondedero contra el viento, y como refugio contra el turbión; como arroyos de aguas en tierra de sequedad, como sombra de gran peñasco en tierra calurosa.
3. No se ofuscarán entonces los ojos de los que ven, y los oídos de los oyentes oirán atentos.
4. Y el corazón de los necios entenderá para saber, y la lengua de los tartamudos hablará rápida y claramente.
5. El ruin nunca más será llamado generoso, ni el tramposo será llamado espléndido.
6. Porque el ruin hablará ruindades, y su corazón fabricará iniquidad, para cometer impiedad y para hablar escarnio contra Jehová, dejando vacía el alma hambrienta, y quitando la bebida al sediento.