9. Y se ha inclinado el hombre, y el varón se ha humillado; por tanto, no los perdones.
10. Métete en la peña, escóndete en el polvo, de la presencia temible de Jehová, y del resplandor de su majestad.
11. La altivez de los ojos del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y Jehová solo será exaltado en aquel día.