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Santiago 5 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

1. ¡Vamos ahora, oh ricos! Llorad y aullad por las miserias que os vendrán.

2. Vuestras riquezas están podridas y vuestras ropas están comidas de polilla.

3. Vuestro oro y plata están enmohecidos; y su moho testificará contra vosotros, y devorará del todo vuestros cuerpos como fuego. Habéis acumulado tesoros para los días finales.

4. He aquí, clama el jornal de los obreros que han segado en vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado por vosotros; y los clamores de los que habían segado han llegado a los oídos del Señor de los ejércitos.

5. Habéis vivido en deleites sobre la tierra, y habéis sido disolutos; habéis engordado vuestros corazones como en día de matanza.

6. Habéis condenado y dado muerte al justo, sin que él os opusiese resistencia.

7. Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia, hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía.

8. Tened también vosotros paciencia; fortaleced vuestros corazones, porque la venida del Señor se acerca.

9. Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados; he aquí, el juez ya está a las puertas.

10. Hermanos míos, tomad como ejemplo de aflicción y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor.

11. He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto la finalidad del Señor, porque el Señor es muy misericordioso y compasivo.

12. Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra ni por ningún otro juramento; sino que vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no, para que no caigáis en condenación.

13. ¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas.

14. ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren ellos por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor.

15. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si ha cometido pecados, le serán perdonados.

16. Confesaos vuestras faltas unos a otros y orad los unos por los otros, para que seáis sanados; la oración eficaz del justo puede mucho.

17. Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y rogó fervientemente que no lloviese, y no llovió sobre la tierra durante tres años y seis meses.

18. Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.

19. Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver,

20. sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino salvará un alma de la muerte, y cubrirá multitud de pecados.