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Santiago 2:3-14 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

3. y atendéis solícitamente al que trae la vestidura lujosa, y le decís: Siéntate tú aquí, en buen lugar, y decís al pobre: Quédate tú allí de pie, o siéntate aquí debajo de mi estrado,

4. ¿acaso no hacéis distinción entre vosotros mismos y venís a ser jueces con malos pensamientos?

5. Amados hermanos míos, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo para ser ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?

6. Pero vosotros habéis afrentado al pobre. ¿No os oprimen los ricos, y no son ellos los mismos que os arrastran a los juzgados?

7. ¿No blasfeman ellos el buen nombre que fue invocado sobre vosotros?

8. Si en verdad cumplís vosotros la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis;

9. pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado y sois hallados culpables por la ley como transgresores.

10. Porque cualquiera que guarda toda la ley, pero ofende en un punto, se hace culpable de todos.

11. Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley.

12. Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad.

13. Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no muestre misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio.

14. Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?

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