Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Santiago 2:1-8 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

1. Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin hacer acepción de personas.

2. Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y ropa lujosa, y también entra un pobre con vestido andrajoso,

3. y atendéis solícitamente al que trae la vestidura lujosa, y le decís: Siéntate tú aquí, en buen lugar, y decís al pobre: Quédate tú allí de pie, o siéntate aquí debajo de mi estrado,

4. ¿acaso no hacéis distinción entre vosotros mismos y venís a ser jueces con malos pensamientos?

5. Amados hermanos míos, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo para ser ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?

6. Pero vosotros habéis afrentado al pobre. ¿No os oprimen los ricos, y no son ellos los mismos que os arrastran a los juzgados?

7. ¿No blasfeman ellos el buen nombre que fue invocado sobre vosotros?

8. Si en verdad cumplís vosotros la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis;

Leer capítulo completo Santiago 2