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Romanos 8:14-27 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

14. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios.

15. Porque no habéis recibido el espíritu de servidumbre para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!

16. Porque el Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios.

17. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios, y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.

18. Porque considero que los sufrimientos de este tiempo no son dignos de ser comparados con la gloria venidera que en nosotros ha de ser manifestada.

19. Porque el anhelo profundo de la creación es el esperar la manifestación de los hijos de Dios.

20. Porque la creación fue sujetada a la vanidad, no de buen grado, sino por causa del que la sujetó en esperanza,

21. porque también la creación misma será librada de la servidumbre de la corrupción a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.

22. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una sufre dolores de parto hasta ahora.

23. Y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, a saber, la redención de nuestro cuerpo.

24. Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, ya no es esperanza, porque lo que se ve, ¿para qué esperarlo?

25. Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo esperamos.

26. Y asimismo, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, porque no sabemos lo que hemos de pedir como es debido, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.

27. Pero el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque él, conforme a la voluntad de Dios, intercede por los santos.

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