1. Así que, los que somos más firmes debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos.
2. Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación.
3. Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí.