Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Mateo 12:13-24 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

13. Entonces dijo a aquel hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restituida como la otra.

14. Y cuando salieron los fariseos, consultaron entre sí contra Jesús para destruirle.

15. Mas sabiéndolo Jesús, se apartó de allí; y le siguió mucha gente, y sanaba a todos.

16. Y él les encargaba rigurosamente que no le descubriesen,

17. para que se cumpliese lo dicho por medio del profeta Isaías, cuando dijo:

18. He aquí mi siervo, a quien he escogido; mi Amado, en quien se agrada mi alma. Pondré mi Espíritu sobre él, y a los gentiles anunciará juicio.

19. No contenderá, ni voceará, ni nadie oirá en las calles su voz.

20. La caña cascada no quebrará, y el pabilo que humea no apagará, hasta que saque a victoria el juicio.

21. Y en su nombre esperarán los gentiles.

22. Entonces fue traído a él un endemoniado, ciego y mudo; y le sanó, de tal manera que el que había sido ciego y mudo hablaba y veía.

23. Y toda la gente estaba atónita y decía: ¿No será éste el Hijo de David?

24. Mas los fariseos, al oírle, decían: Éste no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios.

Leer capítulo completo Mateo 12