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Marcos 7:25-37 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

25. Porque una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, en seguida que oyó de él, vino y se postró a sus pies.

26. Y la mujer era griega, sirofenicia de origen; y le rogaba que echase al demonio fuera de su hija.

27. Mas Jesús le dijo: Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos.

28. Y respondió ella y le dijo: Sí, Señor, pero aun los perrillos debajo de la mesa comen de las migajas de los hijos.

29. Entonces le dijo: Por causa de esta palabra, ve; el demonio ha salido de tu hija.

30. Y cuando llegó a su casa, halló que el demonio había salido, y a la hija acostada sobre la cama.

31. Y Jesús, volviendo a salir de la región de Tiro, vino por Sidón al mar de Galilea, pasando por la región de Decápolis.

32. Y le trajeron un sordo y tartamudo, y le rogaron que le impusiera la mano.

33. Y tomándole aparte de la gente, metió sus dedos en las orejas de él, y escupiendo, tocó su lengua;

34. y mirando al cielo, gimió y le dijo: ¡Efata!, es decir: ¡Sé abierto!

35. Y al instante fueron abiertos sus oídos y se desató la ligadura de su lengua, y hablaba bien.

36. Y les mandó que no lo dijesen a nadie; pero cuanto más les mandaba, tanto más y más lo divulgaban.

37. Y en gran manera se maravillaban, diciendo: Bien lo ha hecho todo; hace a los sordos oír y a los mudos hablar.

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