26. Y el espíritu inmundo, sacudiéndole con violencia y clamando a gran voz, salió de él.
27. Y todos se maravillaron, de tal manera que discutían entre sí, diciendo: ¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es ésta, que con autoridad manda aun a los espíritus inmundos, y le obedecen?
28. Y su fama se difundió rápidamente por toda la provincia alrededor de Galilea.
29. Y al salir de la sinagoga, fueron a casa de Simón y de Andrés, con Jacobo y Juan.
30. Y la suegra de Simón estaba acostada con fiebre; y en seguida le hablaron de ella.
31. Entonces, acercándose él, la tomó de la mano y la levantó; y al instante la dejó la fiebre, y ella les servía.
32. Y cuando cayó la tarde, luego que el sol se puso, le trajeron todos los que estaban enfermos y los endemoniados;