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Marcos 1:25-40 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

25. Y Jesús le reprendió, diciendo: ¡Enmudece y sal de él!

26. Y el espíritu inmundo, sacudiéndole con violencia y clamando a gran voz, salió de él.

27. Y todos se maravillaron, de tal manera que discutían entre sí, diciendo: ¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es ésta, que con autoridad manda aun a los espíritus inmundos, y le obedecen?

28. Y su fama se difundió rápidamente por toda la provincia alrededor de Galilea.

29. Y al salir de la sinagoga, fueron a casa de Simón y de Andrés, con Jacobo y Juan.

30. Y la suegra de Simón estaba acostada con fiebre; y en seguida le hablaron de ella.

31. Entonces, acercándose él, la tomó de la mano y la levantó; y al instante la dejó la fiebre, y ella les servía.

32. Y cuando cayó la tarde, luego que el sol se puso, le trajeron todos los que estaban enfermos y los endemoniados;

33. y toda la ciudad se agolpó a la puerta.

34. Y sanó a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades y echó fuera muchos demonios; y no dejaba hablar a los demonios, porque lo conocían.

35. Y levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.

36. Y le buscaron Simón y los que estaban con él;

37. y hallándole, le dijeron: Todos te buscan.

38. Y él les dijo: Vamos a los lugares vecinos, para que predique también allí, porque para esto he venido.

39. Y predicaba en las sinagogas de ellos en toda Galilea, y echaba fuera los demonios.

40. Y vino a él un leproso, rogándole; y arrodillándose, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme.

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