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Lucas 7:5-18 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

5. porque ama a nuestra nación, y él nos edificó una sinagoga.

6. Y Jesús fue con ellos. Pero cuando ya no estaban muy lejos de la casa, el centurión envió a él unos amigos, diciéndole: Señor, no te incomodes, pues no soy digno de que entres bajo mi techo;

7. por lo cual, ni aun me tuve por digno de ir a ti; pero di la palabra, y mi siervo será sano.

8. Pues también yo soy hombre puesto bajo autoridad y tengo soldados bajo mis órdenes. Y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.

9. Al oír esto, Jesús se maravilló de él, y volviéndose, dijo a la gente que le seguía: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe.

10. Y al volver a casa los que habían sido enviados, hallaron sano al siervo que había estado enfermo.

11. Y aconteció después que él fue a la ciudad que se llama Naín, e iban con él muchos de sus discípulos y una gran multitud.

12. Y cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que sacaban a un difunto, unigénito de su madre, que era viuda; y había con ella mucha gente de la ciudad.

13. Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella y le dijo: No llores.

14. Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo: Joven, a ti te digo, ¡levántate!

15. Entonces se incorporó el que había muerto y comenzó a hablar. Y Jesús se lo entregó a su madre.

16. Y todos tuvieron miedo y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros, y: Dios ha visitado a su pueblo.

17. Y se extendió la fama de él por toda Judea y por toda la región de alrededor.

18. Y los discípulos de Juan le dieron las nuevas de todas estas cosas; y llamó Juan a dos de sus discípulos,

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