14. Y respondiendo el principal de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiese curado en el día de reposo, dijo a la gente: Seis días hay en que es necesario trabajar; en éstos, pues, venid y sed sanados, y no en el día de reposo.
15. Entonces el Señor le respondió y dijo: ¡Hipócrita! ¿No desata cada uno de vosotros su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber en el día de reposo?
16. Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado durante dieciocho años, ¿no se la debía desatar de esta ligadura en el día de reposo?
17. Y al decir él estas cosas, se avergonzaban todos sus adversarios; pero todo el pueblo se regocijaba de todas las cosas gloriosas que él hacía.
18. Y dijo: ¿A qué es semejante el reino de Dios, y con qué lo compararé?
19. Es semejante al grano de mostaza que un hombre tomó y sembró en su huerto; y creció y se hizo árbol grande, y las aves del cielo hicieron nidos en sus ramas.
20. Y otra vez dijo: ¿A qué compararé el reino de Dios?
21. Es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo hubo fermentado.
22. Y Jesús pasaba por las ciudades y aldeas, enseñando y caminando hacia Jerusalén.
23. Y le preguntó uno: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él les dijo:
24. Esforzaos por entrar por la puerta angosta, porque os digo que muchos procurarán entrar y no podrán.
25. Después que el padre de familia se levante y cierre la puerta, y estando fuera, comencéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos; él, respondiendo, os dirá: No sé de dónde sois.
26. Entonces comenzaréis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste;
27. pero os dirá: Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mí todos vosotros, hacedores de iniquidad.