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Juan 5:3-17 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

3. En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos que esperaban el movimiento del agua.

4. Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese.

5. Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo.

6. Cuando Jesús vio a éste acostado y supo que ya hacía mucho tiempo que estaba así, le dijo: ¿Quieres ser sano?

7. Señor, le respondió el enfermo, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando se agita el agua, porque entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo.

8. Le dijo Jesús: Levántate, toma tu lecho y anda.

9. Y al instante aquel hombre quedó sano, y tomó su lecho y se fue caminando. Y aquel día era día de reposo.

10. Entonces los judíos decían a aquel que había sido sanado: Es día de reposo; no te es lícito llevar tu lecho.

11. Él les respondió: El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda.

12. Entonces le preguntaron: ¿Quién es el que te dijo: Toma tu lecho y anda?

13. Pero el que había sido sanado no sabía quién era, porque Jesús se había apartado de la gente que estaba en aquel lugar.

14. Después le halló Jesús en el templo y le dijo: He aquí, has sido sanado; no peques más, para que no te ocurra alguna cosa peor.

15. Él se fue y dio aviso a los judíos de que Jesús era el que le había sanado.

16. Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el día de reposo.

17. Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.

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