36. Dijeron entonces los judíos: Mirad cómo le amaba.
37. Pero algunos de ellos dijeron: ¿No podía éste, que abrió los ojos al ciego, haber hecho que Lázaro no muriera?
38. Y Jesús, conmovido otra vez dentro de sí, fue al sepulcro. Era una cueva, la cual tenía una piedra puesta encima.
39. Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, pues lleva cuatro días.