33. Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar en agua me dijo: Aquel sobre quien veas descender el Espíritu y que reposa sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo.
34. Y yo le he visto y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.
35. Al siguiente día otra vez estaba Juan, y con él dos de sus discípulos.
36. Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: ¡He aquí el Cordero de Dios!
37. Y los dos discípulos le oyeron hablar y siguieron a Jesús.
38. Y volviéndose Jesús y viendo que le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Y ellos le dijeron: Rabí (que interpretado quiere decir Maestro), ¿dónde moras?
39. Les dijo: Venid y ved. Entonces fueron y vieron dónde moraba, y se quedaron con él aquel día, porque era como la hora décima.
40. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y que habían seguido a Jesús.
41. Aquél halló primero a su hermano Simón y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que interpretado es, el Cristo).
42. Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir piedra).
43. Al día siguiente, quiso Jesús ir a Galilea, y halló a Felipe y le dijo: Sígueme.
44. Y Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y de Pedro.
45. Felipe halló a Natanael y le dijo: Hemos hallado a aquel de quien escribieron Moisés, en la ley, y también los profetas: a Jesús hijo de José, de Nazaret.
46. Y le dijo Natanael: ¿De Nazaret puede salir algo bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve.
47. Jesús vio a Natanael que se le acercaba y dijo de él: He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño.
48. Le dijo Natanael: ¿De dónde me conoces? Respondió Jesús y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.
49. Respondió Natanael y le dijo: ¡Rabí, tú eres el Hijo de Dios! ¡Tú eres el Rey de Israel!
50. Respondió Jesús y le dijo: ¿Crees porque te dije que te vi debajo de la higuera? Cosas mayores que éstas verás.
51. Y le dijo: De cierto, de cierto os digo: De aquí en adelante veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios que ascienden y descienden sobre el Hijo del Hombre.