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Hechos 28:8-21 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

8. Y aconteció que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebre y de disentería. Pablo entró a verle y, después de haber orado, le impuso las manos y le sanó.

9. Y hecho esto, también los otros que en la isla tenían enfermedades llegaban y eran sanados,

10. quienes también nos honraron con muchas atenciones; y cuando zarpamos, nos proveyeron de las cosas necesarias.

11. Pasados tres meses, zarpamos en una nave alejandrina que había invernado en la isla, la cual tenía por enseña a Cástor y Pólux.

12. Y habiendo llegado a Siracusa, estuvimos allí tres días.

13. De allí, costeando alrededor, llegamos a Regio; y un día después, soplando el viento del sur, llegamos al segundo día a Puteoli,

14. donde, habiendo hallado hermanos, nos rogaron que nos quedásemos con ellos siete días. Y luego llegamos a Roma,

15. en donde, oyendo de nosotros los hermanos, salieron a recibirnos hasta la plaza de Apio y Las Tres Tabernas. Y al verlos, Pablo dio gracias a Dios y cobró aliento.

16. Cuando llegamos a Roma, el centurión entregó los presos al prefecto militar; pero a Pablo se le permitió vivir aparte, con un soldado que le custodiase.

17. Y aconteció que tres días después, Pablo convocó a los principales de los judíos, a los que, una vez que estuvieron reunidos, les dijo: Yo, varones hermanos, no habiendo hecho nada contra el pueblo ni contra las costumbres de nuestros padres, he sido entregado preso desde Jerusalén en manos de los romanos.

18. Ellos, habiéndome examinado, me querían soltar, por no haber en mí ninguna causa de muerte.

19. Pero oponiéndose los judíos, me vi obligado a apelar a César, mas no porque tenga de qué acusar a mi nación.

20. Así que por esta causa os he llamado para veros y hablaros, porque por la esperanza de Israel estoy sujeto con esta cadena.

21. Entonces ellos le dijeron: Nosotros no hemos recibido cartas de Judea tocante a ti, ni ha venido ninguno de los hermanos que haya denunciado o hablado algún mal de ti.

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