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Hechos 26:6-17 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

6. Y ahora, por la esperanza de la promesa que hizo Dios a nuestros padres, soy llamado a juicio;

7. ésta es la promesa que esperan alcanzar nuestras doce tribus, sirviendo fervientemente a Dios de día y de noche. Por esta esperanza, oh rey Agripa, soy acusado por los judíos.

8. ¡Qué! ¿Se juzga entre vosotros cosa increíble que Dios resucite a los muertos?

9. Yo ciertamente había creído que era mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret,

10. lo cual también hice en Jerusalén; y yo encerré en cárceles a muchos de los santos, habiendo recibido autoridad de los principales sacerdotes; y cuando los mataban, yo daba mi voto.

11. Y muchas veces, castigándolos en todas las sinagogas, los forcé a blasfemar; y enfurecido sobremanera contra ellos, los perseguí hasta en las ciudades extranjeras.

12. Ocupado en esto, iba yo a Damasco con la autoridad y la comisión de los principales sacerdotes,

13. cuando a mediodía, oh rey, yendo por el camino, vi una luz del cielo que sobrepujaba al resplandor del sol, la cual me rodeó a mí y a los que iban conmigo.

14. Y habiendo caído todos nosotros a tierra, oí una voz que me hablaba y decía en lengua hebrea: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón.

15. Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues.

16. Pero levántate y ponte sobre tus pies; porque para esto me he aparecido a ti, para ponerte como ministro y testigo de las cosas que has visto y de aquellas en que me apareceré a ti,

17. librándote del pueblo y de los gentiles, a quienes ahora te envío,

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