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Hechos 23:5-13 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

5. Y Pablo dijo: No sabía, hermanos, que era el sumo sacerdote; pues escrito está: No maldecirás al príncipe de tu pueblo.

6. Entonces Pablo, sabiendo que una parte era de saduceos y la otra de fariseos, clamó en el concilio: Varones hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo; acerca de la esperanza y de la resurrección de los muertos se me juzga.

7. Y cuando hubo dicho esto, se produjo disensión entre los fariseos y los saduceos, y la asamblea se dividió.

8. Porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel ni espíritu; pero los fariseos afirman estas cosas.

9. Y hubo un gran clamor y, levantándose los escribas de la parte de los fariseos, contendían, diciendo: Ningún mal hallamos en este hombre; que si un espíritu le ha hablado, o ángel, no resistamos a Dios.

10. Y habiendo grande disensión, el tribuno, teniendo temor de que Pablo fuese despedazado por ellos, mandó que bajasen soldados, y le arrebatasen de en medio de ellos y le llevasen a la fortaleza.

11. Y a la noche siguiente se le presentó el Señor y le dijo: Ten ánimo, Pablo, pues como has testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques también en Roma.

12. Y al llegar el día, algunos de los judíos tramaron un complot y se juramentaron bajo maldición, diciendo que no comerían ni beberían hasta que hubiesen dado muerte a Pablo.

13. Y eran más de cuarenta los que habían hecho esta conjuración,

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