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Hechos 22:13-26 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

13. vino a mí y, acercándose, me dijo: Hermano Saulo, recibe de nuevo la vista. Y yo en aquella misma hora recobré la vista y le miré.

14. Y él dijo: El Dios de nuestros padres te ha escogido para que conocieses su voluntad, y vieses a aquel Justo y oyeses la voz de su boca.

15. Porque serás testigo suyo a todos los hombres de lo que has visto y oído.

16. Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate, y bautízate y lava tus pecados, invocando su nombre.

17. Y me aconteció, de regreso en Jerusalén, que orando en el templo, me sobrevino un éxtasis.

18. Y le vi que me decía: Date prisa y sal prontamente de Jerusalén, porque no recibirán tu testimonio acerca de mí.

19. Y yo dije: Señor, ellos saben que yo encarcelaba y azotaba en todas las sinagogas a los que creían en ti;

20. y cuando se derramaba la sangre de Esteban, tu testigo, yo mismo también estaba presente, y consentía en su muerte y guardaba las ropas de los que le mataban.

21. Pero me dijo: Ve, porque yo te enviaré lejos, a los gentiles.

22. Y le oyeron hasta esta palabra; entonces alzaron la voz, diciendo: Quita de la tierra a este hombre, porque no conviene que viva.

23. Y dando ellos voces, y arrojando sus ropas y echando polvo al aire,

24. mandó el tribuno que le llevasen a la fortaleza y ordenó que fuese interrogado con azotes, para saber por qué causa clamaban así contra él.

25. Pero cuando le ataron con correas, Pablo dijo al centurión que estaba presente: ¿Os es lícito azotar a un ciudadano romano sin haber sido condenado?

26. Y cuando el centurión oyó esto, fue y dio aviso al tribuno, diciendo: ¿Qué vas a hacer? Porque este hombre es ciudadano romano.

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