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Hechos 22:1-15 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

1. Varones hermanos y padres, oíd ahora mi defensa ante vosotros.

2. (Y al oír que les hablaba en lengua hebrea, guardaron más silencio.) Y él les dijo:

3. Yo de cierto soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad a los pies de Gamaliel, instruido estrictamente conforme a la ley de nuestros padres, celoso de Dios, como todos vosotros lo sois hoy.

4. Perseguía yo este camino hasta la muerte, prendiendo y entregando en cárceles a hombres y a mujeres,

5. como también el sumo sacerdote me es testigo y todos los ancianos, de quienes también recibí cartas para los hermanos, e iba a Damasco para traer presos a Jerusalén aun a los que estuviesen allí, para que fuesen castigados.

6. Pero aconteció que yendo yo, al llegar cerca de Damasco, como a mediodía, de repente me rodeó mucha luz del cielo;

7. y caí al suelo y oí una voz que me decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?

8. Yo entonces respondí: ¿Quién eres, Señor? Y me dijo: Yo soy Jesús de Nazaret, a quién tú persigues.

9. Y los que estaban conmigo vieron en verdad la luz y se espantaron, pero no oyeron la voz del que hablaba conmigo.

10. Y dije: ¿Qué haré, Señor? Y el Señor me dijo: Levántate y ve a Damasco, y allí se te dirá todo lo que te está señalado hacer.

11. Y como yo no veía a causa de la gloria de la luz, llevado de la mano por los que estaban conmigo, llegué a Damasco.

12. Entonces uno llamado Ananías, varón piadoso conforme a la ley, que tenía buen testimonio de todos los judíos que allí moraban,

13. vino a mí y, acercándose, me dijo: Hermano Saulo, recibe de nuevo la vista. Y yo en aquella misma hora recobré la vista y le miré.

14. Y él dijo: El Dios de nuestros padres te ha escogido para que conocieses su voluntad, y vieses a aquel Justo y oyeses la voz de su boca.

15. Porque serás testigo suyo a todos los hombres de lo que has visto y oído.

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