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Hechos 2:30-42 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

30. Pero siendo profeta y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que del fruto de sus lomos, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo que se sentaría sobre su trono,

31. viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción.

32. A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.

33. Así que, exaltado a la diestra de Dios y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.

34. Porque David no subió a los cielos, pero él mismo dice:Dijo el Señor a mi Señor:Siéntate a mi diestra,

35. hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.

36. Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.

37. Entonces al oír esto, se compungieron de corazón y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?

38. Y Pedro les dijo: Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo.

39. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.

40. Y con otras muchas palabras testificaba y los exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.

41. Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y fueron añadidas a ellos aquel día como tres mil personas.

42. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, y en la hermandad, y en el partimiento del pan y en las oraciones.

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