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Hebreos 9:10-19 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

10. consistiendo sólo en comidas y en bebidas, y en diversos lavamientos y ordenanzas para el cuerpo, impuestas hasta el tiempo de la renovación.

11. Pero, Cristo habiendo llegado a ser sumo sacerdote de las cosas buenas por venir, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho por manos, a saber, no de esta creación,

12. y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez y para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.

13. Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y la ceniza de la becerra, rociada a los inmundos, santifica para la purificación de la carne,

14. ¿cuánto más la sangre de Cristo, el que mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?

15. Así que, por eso es mediador del nuevo testamento, para que, al intervenir una muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer testamento, los que son llamados reciban la promesa de la herencia eterna.

16. Porque donde hay testamento, necesario es que ocurra la muerte del testador.

17. Porque el testamento con la muerte se confirma, pues no es válido entre tanto que el testador vive.

18. De ahí que ni aun el primer convenio fue consagrado sin sangre.

19. Porque habiendo leído Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, y lana de grana e hisopo, y roció el libro mismo y también a todo el pueblo,

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