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Hebreos 7:1-16 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

1. Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo,

2. a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo, cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz;

3. sin padre, sin madre, sin genealogía; que no tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.

4. Considerad, pues, cuán grande fue éste, al que aun Abraham, el patriarca, dio diezmos del botín.

5. Y ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio tienen mandamiento de recibir del pueblo los diezmos según la ley, a saber, de sus hermanos, aunque éstos también hayan salido de los lomos de Abraham.

6. Pero aquel cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos y bendijo al que tenía las promesas.

7. Y, sin contradicción alguna, el que es menor es bendecido por el que es mayor.

8. Y aquí ciertamente los hombres mortales reciben los diezmos; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive.

9. Y, por decirlo así, en Abraham ha pagado diezmos también Leví, que recibe los diezmos,

10. porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro.

11. Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón?

12. Pues cambiado el sacerdocio, necesario es que se cambie también la ley.

13. Porque aquel de quien se dice esto es de otra tribu, de la cual nadie ofició en el altar.

14. Porque es evidente que nuestro Señor nació de la tribu de Judá, sobre cuya tribu nada habló Moisés tocante al sacerdocio.

15. Y aun es más evidente, si a semejanza de Melquisedec se levanta otro sacerdote,

16. que no es hecho conforme a la ley del mandamiento carnal acerca de la descendencia, sino según el poder de una vida indestructible;

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