1. Porque todo sumo sacerdote, tomado de entre los hombres, es constituido a favor de los hombres en lo que atañe a Dios, para presentar ofrendas y sacrificios por los pecados,
2. y puede compadecerse de los ignorantes y extraviados, puesto que él también está rodeado de flaquezas;
3. y por causa de ellas debe, tanto por sí mismo como también por el pueblo, presentar ofrendas por los pecados.
4. Y nadie toma para sí esta honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aarón.