8. sabiendo que el bien que cada uno haga, eso recibirá del Señor, sea esclavo o sea libre.
9. Y vosotros, amos, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y el vuestro está en los cielos, y que para él no hay acepción de personas.
10. Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en la fuerza de su poder.