Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

2 Corintios 10:1-11 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

1. Yo, Pablo, os ruego por la mansedumbre y benignidad de Cristo, yo, que cuando estoy presente ciertamente soy humilde entre vosotros, pero que cuando estoy ausente soy osado para con vosotros,

2. os ruego, pues, que cuando esté presente, no tenga que ser osado con la osadía con que estoy dispuesto a proceder resueltamente contra algunos que nos juzgan como si anduviésemos según la carne.

3. Pues aunque andamos en la carne, no luchamos según la carne;

4. porque las armas de nuestra lucha no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas,

5. destruyendo argumentos, y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo;

6. y estando prontos a castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea completa.

7. Miráis las cosas según la apariencia. Si alguno está confiado en sí mismo que es de Cristo, esto también considere por sí mismo, que como él es de Cristo, así también nosotros somos de Cristo.

8. Porque aunque me gloríe un poco más de nuestra autoridad (la cual el Señor nos dio para edificación y no para vuestra destrucción), no me avergonzaré;

9. para que no parezca como que os quiero atemorizar por cartas.

10. Porque a la verdad, dicen, las cartas son severas y fuertes; pero la presencia corporal, débil, y la palabra, menospreciable.

11. Esto tenga en cuenta tal persona, que así como somos en la palabra por cartas, estando ausentes, lo seremos también en hechos, estando presentes.

Leer capítulo completo 2 Corintios 10