7. También es necesario que tenga buen testimonio de parte de los extraños, para que no caiga en afrenta y en lazo del diablo.
8. Los diáconos, asimismo, deben ser honestos, de una sola palabra, no dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas,
9. que retengan el misterio de la fe con limpia conciencia.
10. Y éstos también sean antes puestos a prueba; y entonces ministren como diáconos, si son irreprensibles.
11. Las mujeres, asimismo, sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo.
12. Los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien a sus hijos y sus casas.