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1 Timoteo 3:4-13 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

4. que gobierne bien su casa, que tenga sus hijos en sujeción con toda honestidad

5. (porque el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?);

6. no un neófito, no sea que se envanezca y caiga en la condenación del diablo.

7. También es necesario que tenga buen testimonio de parte de los extraños, para que no caiga en afrenta y en lazo del diablo.

8. Los diáconos, asimismo, deben ser honestos, de una sola palabra, no dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas,

9. que retengan el misterio de la fe con limpia conciencia.

10. Y éstos también sean antes puestos a prueba; y entonces ministren como diáconos, si son irreprensibles.

11. Las mujeres, asimismo, sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo.

12. Los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien a sus hijos y sus casas.

13. Porque los que han ministrado bien como diáconos, ganan para sí un grado honroso, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús.

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