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1 Timoteo 1:5-10 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

5. Pues el fin del mandamiento es el amor nacido de un corazón puro, y de una buena conciencia y de una fe no fingida;

6. de lo cual desviándose algunos, se apartaron a vana palabrería;

7. queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman.

8. Pero sabemos que la ley es buena, si se usa legítimamente,

9. conociendo esto: que la ley no es puesta para el justo, sino para los transgresores y los desobedientes, para los impíos y los pecadores, para los irreverentes y los profanos, para los parricidas y los matricidas, para los homicidas,

10. para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y los perjuros, y para cualquier otra cosa contraria a la sana doctrina;

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