Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Salmos 119:120-132 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

120. Mi carne se estremece por temor de ti, y de tus juicios tengo miedo.

121. Juicio y justicia he hecho; no me abandones a mis opresores.

122. Sé fiador de tu siervo para bien; no me opriman los soberbios.

123. Mis ojos desfallecen por tu salvación y por la palabra de tu justicia.

124. Haz con tu siervo según tu misericordia, y enséñame tus estatutos.

125. Tu siervo soy yo; dame entendimiento para conocer tus testimonios.

126. Tiempo es de actuar, oh Jehová, porque han quebrantado tu ley.

127. Por eso he amado tus mandamientos más que el oro, y más que el oro refinado.

128. Por eso estimo rectos todos tus preceptos; aborrezco todo camino de falsedad.

129. Maravillosos son tus testimonios, por eso, los guarda mi alma.

130. La exposición de tus palabras da luz; hace entender a los ingenuos.

131. Mi boca abrí y suspiré, porque anhelaba tus mandamientos.

132. Mírame y ten misericordia de mí, como acostumbras con los que aman tu nombre.

Leer capítulo completo Salmos 119