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Salmos 104:1-18 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

1. Bendice, alma mía, a Jehová. Jehová, Dios mío, ¡qué grande eres tú! Te has vestido de gloria y de majestad.

2. Tú eres el que se cubre de luz como de vestidura, que extiende los cielos como una cortina,

3. el que pone las vigas de sus altos aposentos en las aguas, el que hace de las nubes su carroza, el que anda sobre las alas del viento,

4. el que hace a sus ángeles espíritus y a las llamas de fuego sus ministros.

5. Él fundó la tierra sobre sus cimientos; no será jamás removida.

6. Con el abismo, como con vestido, la cubriste; sobre los montes estaban las aguas.

7. A tu reprensión huyeron; al sonido de tu trueno se apresuraron;

8. subieron los montes, descendieron los valles, al lugar que tú les fundaste.

9. Les pusiste límite, el cual no traspasarán, ni volverán a cubrir la tierra.

10. Tú eres el que envías los manantiales por los arroyos; van entre los montes.

11. Dan de beber a todas las bestias del campo; mitigan su sed los asnos monteses.

12. Junto a ellos habitan las aves de los cielos; cantan entre las ramas.

13. Él riega los montes desde sus aposentos; del fruto de sus obras se sacia la tierra.

14. Él hace crecer la hierba para las bestias, y las plantas para el servicio del hombre, para sacar el pan de la tierra,

15. y el vino que alegra el corazón del hombre, y el aceite que hace lucir el rostro, y el pan que sustenta el corazón del hombre.

16. Se llenan de savia los árboles de Jehová, los cedros del Líbano que él plantó.

17. Allí anidan las aves; en los cipreses hace su casa la cigüeña.

18. Los montes altos son para las cabras monteses; las peñas, para madrigueras de los conejos.

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