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Proverbios 8:30-36 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

30. con él estaba yo como artífice, y era su delicia cada día, y me regocijaba delante de él en todo tiempo.

31. Me regocijaba en la parte habitable de su tierra, y mis delicias eran con los hijos de los hombres.

32. Ahora pues, hijos, escuchadme: Bienaventurados los que guardan mis caminos.

33. Escuchad la instrucción y sed sabios, y no la desechéis.

34. Bienaventurado el hombre que me escucha, velando a mis puertas cada día, guardando los postes de mis puertas,

35. porque el que me halle hallará la vida y alcanzará el favor de Jehová.

36. Pero el que peca contra mí daña su propia alma; todos los que me aborrecen aman la muerte.

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