Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Proverbios 26:11-26 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

11. Como perro que vuelve a su vómito, así es el necio que repite su necedad.

12. ¿Has visto a hombre sabio ante sus propios ojos? Más se puede esperar del necio que de él.

13. Dice el perezoso: El león está en el camino; el león está en las calles.

14. Como la puerta gira sobre sus goznes, así el perezoso da vueltas en su cama.

15. El perezoso mete su mano en el plato, se cansa de llevarla a su boca.

16. El perezoso es más sabio ante sus propios ojos que siete que sepan aconsejar.

17. El que al pasar se entremete en contienda ajena es como el que toma al perro por las orejas.

18. Como el que enloquece y arroja chispas, saetas y muerte,

19. tal es el hombre que engaña a su amigo y dice: ¿Acaso no bromeaba yo?

20. Sin leña se apaga el fuego; y donde no hay chismoso, cesa la contienda.

21. Como el carbón para las brasas y la leña para el fuego, así es el hombre rencilloso para encender contienda.

22. Las palabras del chismoso son como bocados deliciosos que descienden hasta lo profundo del ser.

23. Como escoria de plata echada sobre un tiesto son los labios enardecidos y el corazón malo.

24. El que odia disimula con sus labios, pero en su interior maquina engaño;

25. cuando hable amigablemente, no le creas, porque siete abominaciones hay en su corazón.

26. Aunque su odio encubra con disimulo, su maldad será descubierta en la congregación.

Leer capítulo completo Proverbios 26