1. Cuando Efraín hablaba, había temor; fue ensalzado en Israel, pero pecó por causa de Baal y murió.
2. Y ahora continúan en su pecado, y de su plata se han hecho, según su entendimiento, imágenes de fundición, ídolos, todo ello obra de artífices. De ellos dicen: Que los hombres que sacrifican besen a los becerros.
3. Por tanto, serán como la niebla de la mañana o como el rocío de la madrugada que se desvanece, como el tamo que la tempestad arroja de la era y como el humo que sale de la chimenea.