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Nuevo Testamento

Nehemías 8 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

1. Y se reunió todo el pueblo como un solo hombre en la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, y dijeron a Esdras, el escriba, que trajese el libro de la ley de Moisés, la cual Jehová había dado a Israel.

2. Y Esdras, el sacerdote, trajo la ley delante de la congregación, tanto de hombres como de mujeres, y de todos los que podían entender lo que oían, el primer día del mes séptimo.

3. Y leyó en el libro delante de la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, desde el alba hasta el mediodía, en presencia de hombres, y de mujeres y de todos los que podían entender; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley.

4. Y el escriba Esdras estaba sobre un estrado de madera que habían hecho para ello; y junto a él estaban Matatías, y Sema, y Anías, y Urías, e Hilcías y Maasías, a su mano derecha; y a su mano izquierda, Pedaías, y Misael, y Malquías, y Hasum, y Hasbadana, Zacarías y Mesulam.

5. Abrió, pues, Esdras el libro ante los ojos de todo el pueblo (porque estaba más alto que todo el pueblo); y cuando lo abrió, todo el pueblo se puso de pie.

6. Bendijo entonces Esdras a Jehová, el gran Dios. Y todo el pueblo, alzando las manos, respondió: ¡Amén! ¡Amén! Y se humillaron y adoraron a Jehová rostro en tierra.

7. Y Jesúa, y Bani, y Serebías, Jamín, Acub, Sabetai, Hodías, Maasías, Kelita, Azarías, Jozabed, Hanán, Pelaías y los levitas hacían entender la ley al pueblo; y el pueblo permanecía en su lugar.

8. Y leían claramente en el libro de la ley de Dios y explicaban el sentido, de modo que entendiesen la lectura.

9. Y Nehemías, el gobernador, y el sacerdote Esdras, el escriba, y los levitas que enseñaban al pueblo dijeron a todo el pueblo: Éste es un día santo a Jehová vuestro Dios; no os entristezcáis, ni lloréis, porque todo el pueblo lloraba al oír las palabras de la ley.

10. Entonces les dijo: Id, comed manjares, y tomad bebidas dulces y enviad porciones a los que no tienen nada preparado, porque hoy es un día santo a nuestro Señor; y no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fortaleza.

11. Los levitas, pues, calmaban a todo el pueblo, diciendo: Callad, porque el día es santo, y no os entristezcáis.

12. Y todo el pueblo se fue a comer y a beber, y a enviar porciones y a gozar de gran alegría, porque habían entendido las palabras que les habían enseñado.

13. Y al día siguiente se reunieron los jefes de las casas paternas de todo el pueblo, los sacerdotes y los levitas, con el escriba Esdras para entender las palabras de la ley.

14. Y hallaron escrito en la ley que Jehová había mandado, por medio de Moisés, que habitasen los hijos de Israel en enramadas en la fiesta solemne del mes séptimo;

15. y que hiciesen saber, y proclamasen por todas sus ciudades y por Jerusalén, diciendo: Salid al monte y traed ramas de olivo, y ramas de olivo silvestre, y ramas de arrayán, y ramas de palmeras y ramas de todo árbol frondoso, para hacer enramadas como está escrito.

16. Salió, pues, el pueblo, y las trajeron e hicieron enramadas, cada uno sobre su terrado, y en sus patios, y en los patios de la casa de Dios, y en la plaza de la puerta de las Aguas y en la plaza de la puerta de Efraín.

17. Y toda la congregación que volvió de la cautividad hizo enramadas y en enramadas habitó, porque desde los días de Josué hijo de Nun hasta aquel día, no habían hecho así los hijos de Israel. Y hubo alegría muy grande.

18. Y leyó Esdras en el libro de la ley de Dios cada día, desde el primer día hasta el último; e hicieron la fiesta solemne durante siete días, y al octavo día hubo una asamblea solemne, conforme al decreto.