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Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Levítico 17 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

1. Y habló Jehová a Moisés, diciendo:

2. Habla a Aarón, y a sus hijos y a todos los hijos de Israel y diles: Esto es lo que ha mandado Jehová, diciendo:

3. Cualquier hombre de la casa de Israel que degüelle un buey, o un cordero o una cabra, en el campamento o fuera de él,

4. y no lo traiga a la entrada del tabernáculo de reunión para ofrecer ofrenda a Jehová delante del tabernáculo de Jehová, de la sangre será culpado ese hombre. Sangre derramó, y ese hombre será talado de entre su pueblo,

5. a fin de que traigan los hijos de Israel sus sacrificios, los que sacrifican en medio del campo, para que los traigan a Jehová a la entrada del tabernáculo de reunión, al sacerdote, y sacrifiquen ellos sacrificios de ofrendas de paz a Jehová.

6. Y el sacerdote esparcirá la sangre sobre el altar de Jehová, a la entrada del tabernáculo de reunión, y quemará la grasa en olor grato a Jehová.

7. Y nunca más sacrificarán sus sacrificios a los demonios, tras de los cuales se han prostituido; tendrán esto por estatuto perpetuo por sus generaciones.

8. Les dirás también: Cualquier hombre de la casa de Israel, o de los extranjeros que peregrinan entre vosotros, que ofrezca holocausto o sacrificio,

9. y no lo traiga a la entrada del tabernáculo de reunión para hacerlo a Jehová, tal hombre será igualmente talado de entre su pueblo.

10. Y cualquier hombre de la casa de Israel, o de los extranjeros que peregrinan entre ellos, que coma sangre alguna, yo pondré mi rostro contra esa persona que coma sangre y la talaré de entre su pueblo.

11. Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; por lo cual, la misma sangre hará expiación por el alma.

12. Por tanto, he dicho a los hijos de Israel: Ninguna persona de vosotros comerá sangre, ni el extranjero que peregrina entre vosotros comerá sangre.

13. Y cualquier hombre de los hijos de Israel, o de los extranjeros que peregrinan entre ellos, que cace un animal o un ave que sea de comer, derramará su sangre y la cubrirá con tierra,

14. porque la vida de toda carne es su sangre; por tanto, he dicho a los hijos de Israel: No comeréis la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre; cualquiera que la coma será talado.

15. Y cualquier persona que coma animal encontrado muerto o que haya sido despedazado por fiera, tanto de los naturales como de los extranjeros, lavará sus vestidos y a sí misma se lavará con agua, y será impura hasta el atardecer, y entonces quedará limpia.

16. Y si no los lava ni lava su cuerpo, llevará su iniquidad.