35. vendrá el dueño de la casa y dará aviso al sacerdote, diciendo: Algo como una mancha ha aparecido en mi casa.
36. Entonces el sacerdote mandará desocupar la casa antes que el sacerdote entre a examinar la plaga, para que no sea contaminado todo lo que esté en la casa; y después el sacerdote entrará a examinar la casa.
37. Y mirará esa plaga, y si se ven manchas en las paredes de la casa, cavidades verdosas o rojas, las cuales parecieren más hundidas que la pared,
38. el sacerdote saldrá a la puerta de la casa y cerrará la casa por siete días.
39. Y al séptimo día volverá el sacerdote y la mirará; y si la mancha se ha extendido en las paredes de la casa,
40. entonces mandará el sacerdote arrancar las piedras en que esté la plaga, y las echarán fuera de la ciudad, en un lugar inmundo.
41. Y hará raspar toda la casa por dentro, y echarán el polvo que raspen fuera de la ciudad, en un lugar inmundo.
42. Y tomarán otras piedras y las pondrán en lugar de las piedras quitadas; y tomarán otro barro y recubrirán la casa.
43. Y si la plaga vuelve a brotar en aquella casa después que hizo arrancar las piedras y raspar la casa, y después que fue recubierta,
44. entonces el sacerdote entrará y la mirará; y si parece haberse extendido la plaga en la casa, hay lepra maligna en la casa; inmunda es.
45. Derribará, por tanto, tal casa, sus piedras, y sus maderos y toda la mezcla de la casa; y sacarán todo fuera de la ciudad, a un lugar inmundo.
46. Y cualquiera que entre en aquella casa durante los días que la mandó cerrar quedará impuro hasta el atardecer.
47. Y el que duerma en aquella casa lavará sus vestidos; también el que coma en la casa lavará sus vestidos.
48. Pero si entra el sacerdote y mira, y ve que la plaga no se ha extendido en la casa después que fue recubierta, el sacerdote declarará limpia la casa, porque la plaga ha desaparecido.