Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Lamentaciones 3:48-60 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

48. Ríos de agua derraman mis ojos por el quebranto de la hija de mi pueblo.

49. Mis ojos destilan sin cesar, porque no hay alivio,

50. hasta que Jehová mire y vea desde los cielos.

51. Mis ojos entristecen mi alma por todas las hijas de mi ciudad.

52. Mis enemigos tenazmente me dieron caza como a ave, sin haber por qué.

53. Ataron mi vida en la cisterna y pusieron una piedra sobre mí.

54. Aguas corrieron sobre mi cabeza, y dije: Muerto soy.

55. Invoqué tu nombre, oh Jehová, desde la profunda cisterna.

56. Oíste mi voz; no escondas tu oído a mi clamor, a mi suspiro.

57. Te acercaste el día en que te invoqué; dijiste: No temas.

58. Abogaste, Señor, por la causa de mi alma; redimiste mi vida.

59. Tú has visto, oh Jehová, mi agravio; defiende mi causa.

60. Tú has visto toda su venganza, todas sus maquinaciones contra mí.

Leer capítulo completo Lamentaciones 3