8. sino cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios fuertemente; y vuélvase cada uno de su mal camino y de la violencia que hay en sus manos.
9. ¿Quién sabe? Puede que Dios se vuelva y se arrepienta, y se aparte del furor de su ira, y no perezcamos.
10. Y vio Dios lo que hicieron, que se volvieron de su mal camino; y se arrepintió Dios del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo.