21. Tierra, no temas; alégrate y regocíjate, porque Jehová hará grandes cosas.
22. Animales del campo, no temáis, porque los pastos del desierto reverdecerán, porque los árboles darán su fruto; la higuera y la vid darán sus frutos.
23. Vosotros también, hijos de Sión, alegraos y regocijaos en Jehová vuestro Dios, porque os ha dado la primera lluvia en su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio.
24. Y las eras se llenarán de trigo, y los lagares rebosarán de vino y de aceite.
25. Y os restituiré los años que comió la oruga, la langosta, el pulgón y el saltón, mi gran ejército que envié contra vosotros.
26. Y comeréis hasta saciaros y alabaréis el nombre de Jehová vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros; y nunca jamás será mi pueblo avergonzado.
27. Y conoceréis que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy Jehová vuestro Dios, y no hay otro; y mi pueblo nunca jamás será avergonzado.
28. Y acontecerá que después de esto, derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.
29. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.
30. Y haré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego y columnas de humo.
31. El sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre, antes que venga el día grande y terrible de Jehová.
32. Y sucederá que todo aquel que invoque el nombre de Jehová será salvo, porque en el monte Sión y en Jerusalén habrá salvación, como Jehová ha dicho, y entre los sobrevivientes, a los que Jehová haya llamado.