1. ¿No tiene acaso el hombre trabajo arduo sobre la tierra? ¿Y no son sus días como los días del jornalero?
2. Como el siervo anhela la sombra, y como el jornalero espera el salario de su trabajo,
3. así he tenido que heredar meses de desolación, y me asignaron noches de trabajo agotador.
4. Cuando estoy acostado, digo: ¿Cuándo me levantaré? Mas la noche es larga, y estoy cansado de dar vueltas hasta el alba.
5. Mi carne está vestida de gusanos y de costras de polvo; mi piel se agrieta y supura.
6. Y mis días son más veloces que la lanzadera del tejedor, y fenecen sin esperanza.
7. Acuérdate de que mi vida es un soplo y de que mis ojos no volverán a ver el bien.
8. Los ojos de los que me ven no me verán más; tus ojos están sobre mí, y dejaré de ser.
9. Como la nube se desvanece y se va, así el que desciende al Seol no subirá;
10. no volverá más a su casa, ni su lugar le reconocerá más.
11. Por tanto, yo no refrenaré mi boca; hablaré en la angustia de mi espíritu y me quejaré en la amargura de mi alma.